En general, a lo largo del día desechamos y tiramos un montón de cosas de las que desconocemos si tienen o no alguna utilidad.
 
Yo estoy lejos de un estilo de vida Zero Waste, pero poco a poco intento generar menos residuos pensando siempre si puedo hacer algo con ello.
 
Uno de los «desechos» que hace tiempo que dejó de serlo en mi basura son los posos de café y la cáscara de limón, que vamos a utilizar para añadir un extra de bienestar y suavidad a nuestra piel.
 
Generalmente tengo por la encimera un cuenco donde voy dejando el café usado para que se seque. Cuando tengo un buen montón lo remuevo con un tenedor para que se quede bien sueltecito y lo pongo en un recipiente más grande para hacer la mezcla.
 
Con la piel del limón es un poco más laborioso. Hay que quitar la piel antes de exprimir el limón para que sea más sencillo, y guardarla en un bote en la nevera. En este punto ya nos puede resultar útil porque podemos añadirlo en preparaciones culinarias o incluso en infusiones y aguas saborizadas.

Si deshidratamos la piel nos durará mucho más, y si después de deshidratada la molemos tendremos un polvo dorado con sabores entre cítricos y amargos que podemos usar en nuestros dulces caseros o en inventos como el de hoy.

Es muy sencillo, además no pongo cantidades, por lo que podrás tener una creación única y personal.

En un cuenco grande voy añadiendo, primero los ingredientes secos, luego los húmedos y al final los aditivos.  

Ingredientes para nuestro exfoliante casero:

  • Posos usados de café (efecto exfoliante)
  • Polvo de cáscara de limón deshidratada (efecto exfoliante)
  • Glicerina vegetal (efecto emoliente, humectante y conservante)
  • Aceite de almendras (efecto hidratante)
  • Aceite esencial de limón (efecto tonificante y conservante) y de pomelo (efecto diurético y estimulante del sistema circulatorio y conservante)

La cantidad de aceite y de glicerina dependerá de la textura que quieras conseguir, así que ve probando poco a poco y que no te quede demasiado líquido.

Espero de verdad que te animes y lo pruebes! Deja la piel hidratada durante la ducha y no hace falta utilizar crema después.

Yo lo recomiendo sólo para el cuerpo, para la cara es demasiado agresivo y podría irritarnos la piel. Para este caso puedes utilizar por ejemplo harina de avena.

Te dejo un enlace a otra receta muy sencilla de limpiadora facial.

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