Hace poco me compré el libro de Olga y me dejó fascinada. Desde entonces la tengo presente en muchas de las cosas que hago, la invité a presentar su libro en La Maraña, una asociación socio cultural con la que colaboro y también la he animado a que de una pequeña charla en Re_store.event, el evento que estoy organizando de intercambio de ropa y moda sostenible.
Te dejo con el resumen de un artículo que ha publicado recientemente y con unas pequeñas ideas y hábitos que ella propone para llevar una vida sostenible.
La tierra sangra y lo vemos impotentes y perplejos. ¿Qué está pasando? Hay que pasar a la acción. Los problemas ambientales son un reflejo de nuestros problemas como seres humanos. Hoy no hay tiempo para la indiferencia.
Olga Jiménez

Los problemas ambientales son un reflejo de nuestros problemas como seres humanos. Hoy, a nivel global, hemos perdido el rumbo, nos estamos desconectando, nos secamos. Esa falta de alimento interno nos lleva a consumir más, a comer más, a devorar en muchas ocasiones de forma despiadada. Nos sentimos cada vez más vacíos y llenamos ese gran hueco de objetos superfluos que en realidad no necesitamos.
Un ejemplo muy visible que hemos experimentado muchos de nosotros es cuando nos sentimos deprimidos y nos vamos de compras. Parece que sentimos un cierto alivio, pasajero, pero nos consuela. Esto ocurre también en nuestra forma de comer, tenemos asociadas un montón de enfermedades, anorexia, bulimia, problemas de obesidad. Lo mismo podemos decir con los viajes, cada vez tienen que ser desplazamientos más largos, más rápidos y los aviones y los coches bañan el globo con sus residuos.
Todas estas respuestas tratan de cubrir carencias. Esto a nivel global, con millones de consumidores hoy con un elevado poder adquisitivo, nos ha situado como «grandes devoradores de recursos».
Debemos tomarnos un tiempo para reflexionar sobre este rumbo absolutamente equivocado y que está comprometiendo el futuro de las próximas generaciones y de la vida sobre nuestro planeta.
Para ello hay que atreverse a mirar de frente, conocer los problemas, y decidirnos a actuar. En muchas ocasiones la práctica del yoga o la meditación actúan como una anestesia más, nos dan una cierta paz momentánea pero tampoco curan el mal. Estas prácticas nos deben aportar la energía y la claridad mental para actuar de forma más consciente y serena.
Actuar en el camino correcto, en la dirección correcta, ofrece una nueva fuente de sentido a nuestras vidas, una energía renovada. Siempre he pensado que los problemas son una plataforma para crecer como seres humanos, y hoy tenemos la gran plataforma: la destrucción de nuestro planeta.
Vamos a mirar los problemas de frente, no como forma de castigarnos y lamentarnos, sino para decidir el camino correcto y actuar.
Las cuatro lanzas en la destrucción ambiental
1. Los plásticos. Empezaré por ellos porque es la cuestión hoy más divulgada. Ya llevamos nuestras propias bolsas a la compra y tratamos de reducir su consumo. Pero hay que exigir además a los centros comerciales que los vayan retirando de los embalajes; escribidles, yo lo he hecho y es muy eficaz.
2. Los químicos tóxicos. Este tema es más complejo pues no los vemos con los ojos. Hoy, esta realidad se ha hecho visible en España en el Mar Menor, y todos nos hemos escandalizado ante las imágenes de los miles de peces muertos. Esto es un anuncio y no paramos. En unos años, si seguimos así, lo veremos en toda la cuenca del mediterráneo.
Hoy se sabe que cerca del 60% de nuestros insectos han desaparecido en nuestro país, a nivel mundial cerca del 80%. Una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad son estos productos químicos que además nos dejan sin suelos productivos.
Los tóxicos están hoy en todas partes, debes ir investigando; se incluyen en los cosméticos, que también asimilamos a través de la piel, en los productos de limpieza que inhalamos y vertemos al medio ambiente, en nuestros utensilios de cocina…
El libro Conectados,que publiqué hace unos meses, contiene todas estas denuncias, y fue enviado a nuestro Ministro de Agricultura. Hoy no hay tiempo para la indiferencia, para el miedo, lo que está en juego es demasiado valioso para funcionar con miedo. ¿Por qué las personas con un poder económico más bajo deben tomar químicos tóxicos a diario y alimentar así a sus hijos?. Te recomiendo el libro de Nicolás Olea Líberate de los tóxicos, para que entiendas la magnitud de este problema; con sus investigaciones ha puesto en tela de juicio nuestro actual sistema de seguridad alimentaria.
3. Las granjas industriales. Nos preocupa la falta de alimentos a nivel mundial, ante una población que crece, pero no reflexionamos sobre un tema capital: hoy nuestro planeta necesita más recursos para alimentar a los animales domésticos que a los humanos; hoy las farmacéuticas se lucran más con ellos que con nosotros, con las nefastas repercusiones ambientales que esto produce: consumo y contaminación masiva de agua dulce, tierras perdidas y bosques arrasados para pasto y la producción de soja que se cultiva principalmente en la selva brasileña, todo ello para alimentar a los animales enjaulados.
4. El empleo de combustibles fósiles. Este es un problema a gran escala que aún no tenemos resuelto. Las ciudades del mundo se han convertido en su gran mayoría en espacios de aire tóxico casi incompatibles con la vida. Se van tomando medidas, pero son escasas. El cambio hacia los desplazamientos eléctricos no es la solución. Hoy se sabe que el litio empleado en las baterías empieza ya a arrasar grandes zonas para su extracción. Una vez más debemos reducir, buscar alternativas: transporte público, desplazamientos cortos en bicicleta, caminando. Se debe ir sustituyendo el petróleo por las energías renovables.
En resumen, debemos recuperar el sentido común y volver a la sencillez, a una vida que nos va a hacer sentirnos más plenos porque nos haremos respetuosos con nuestros compañeros de planeta. El mundo está conectado y en nuestras manos está el rumbo que queramos para él.
Artículo completo en Yogaenred.com. Click aquí para leer.
Olga Jiménez es codirectora de la EYI (Escuela de Yoga Luz sobre el Yoga, de Aravaca) y productora de aceite de oliva virgen extra ecológico: Ecolibor.
Ha publicado recientemente con Ediciones Mandala el libro Conectados (Ed. Mandala).

5 hábitos de Olga para llevar una vida sostenible:
1.Sobre la moda y nuestro modelo de consumo.
Cuando descubrí la contaminación detrás del mundo de la ropa me puse manos a la obra con mi armario y me planteé pasar el próximo año sin comprar nada. He sobrevivido y el pequeño antojo por renovar lo resolví en un mercadillo de segunda mano.
2. Sobre cómo buscar la coherencia en nuestros actos.
Descubrí cómo ser más consecuente con el calzado. Soy vegetariana y utilizo zapatos de cuero. Investigando descubrí Ecoalkesan Zapato 100% vegano involucrados en causas ambientales. Ya tengo mis zapatos, espero para los próximos 10 años según me han asegurado.
3. Sobre cómo crear sinergias y fomentar el consumo local.
Estoy en contacto con el futuro herbolario de mi pueblo aportándoles ideas para que vendan local y a granel, también los productos de limpieza.
4. Sobre cómo buscar alternativas y coexistir.
Volveré a tener mi aceite ecológico en los mercadillos ecológicos de Hoyo de Manzanares gracias a que he contribuido en cambiar las condiciones para poder exponer en grupo.
5. Sobre la cosmética y la reducción de plástico.
Este año cambié mi champú en bote de plástico por pastilla. Entre todos podemos conseguir mucho.
Feliz día.
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