La primera vez que me hablaron de Corinne fueron todo halagos para decirme que era una mujer maravillosa, que hacía sinergias, conectaba a gente y ayudaba a las emprendedoras y emprendedores de la zona noroeste de Madrid.
La ví por primera vez en un taller de coaching para emprendedoras que organizó el Ayuntamiento de Hoyo de Manzanares, y me sorprendió que todo el mundo la conocía y envidiaban su estilo de vida, porque es cierto, va poco a poco, paso a paso buscando ser más coherente y consecuente.
A ella le debo lanzarme por fin con la web, conocer y tener red, REM y entre otras cosas este artículo donde nos cuenta parte de su proceso en este mundo donde poner conciencia en lo que consumimos y cómo lo hacemos se hace bastante complicado.
El proceso de consumir de otra manera
Corinne Cassé Carrión
“Si yo quería de verdad ayudar, tenía que cambiar mi manera de consumir.”
Desde siempre recuerdo que mi madre y mi padre reciclaban en casa el cartón y el vidrio. Así que fue natural para mí empezar a hacerlo también cuando a los 17 años me fui a estudiar fuera de casa. Al empezar a trabajar para el Ayuntamiento de Hoyo de Manzanares, ya con 36 años, entré en contacto directo con los comercios del pueblo y me di cuenta de que no era
coherente conmigo misma: solía comprar en el Lidl (mea culpa), “aprovechando” citas en Villalba o en Majadahonda. También reconocí que era totalmente incongruente con mi trabajo comprar en centros comerciales. Veía tiendas del pueblo cerrar, otras abrir y sufrir. Si yo
quería de verdad ayudar, tenía que cambiar mi manera de consumir.
Así que empecé a aprender a fabricar yo misma o comprar productos de limpieza o de higiene a mujeres de mi entorno, como Irene, para acudir cada vez menos a los supermercados y centros comerciales. En realidad, no solo se trata de evitar productos nocivos con los que untas tu piel y la de tu familia, sino que también dejas de generar envases de plástico contaminantes. Y ambos argumentos me motivan.
Volví a descubrir, gracias a los consejos de una de las ferreterías de Hoyo de Manzanares, que el jabón Lagarto limpia genial el baño al igual que el vinagre.
«Mi dinero en mi pueblo»
Encargo a otras personas -o fabrico con mis manos- cremas, champús y pasta de dientes gracias a Irene; y los resultados son estos:
- Solo tiro una bolsa al contenedor amarillo cada 10-15 días.
- Ninguna caries en el último año con la pasta de dientes hecha con productos ecológicos.
- Las estanterías de mi baño están cada vez más vacías: tengo menos productos, pero mejores y cada vez más frascos de vidrio de todas las formas y tamaños.
- Casi no necesito ir a los centros comerciales: puedo perfectamente prescindir de ellos, menos para el chocolate (otra cosa que quiero revisar) y los pañales. El resto, lo compro en mi pueblo: en el Herbolario de Hoyo o el comercio local.

Me fascina el blog de Irene porque rescata saberes que hemos olvidado, como la Cocina de aprovechamiento.
Llevo años haciendo yogur casero y gracias a unos de sus artículos pude darme cuenta que sin yogurtera, podía perfectamente hacer yogur gracias al calor residual de la chimenea de mi piso.
Viendo la foto de otro artículo suyo le pregunté dónde comprar cepillos de dientes de madera. ¡Duran mucho más! y los puedes limpiar hirviéndolos.
Este proceso no ha hecho más que empezar… y sí #soypartedelcambio y el Blog de Irene Colmenares Arias también.